Los barrios populares tienen historias y procesos de creación propios, que van marcando su identidad y la de sus habitantes. Reconocer esa memoria urbana y social también implica registrar estos barrios en cartografías y asentar sus procesos de creación y transformación. Ante la necesidad de visibilizar y reconocer las características e historia de 45 barrios populares de su territorio -planteada por Mónica Mendoza, de la Dirección de Hábitat del Municipio de José C. Paz y del Consejo Social de la UNGS-, desde el Instituto del Conurbano (ICO) en conjunto con el Instituto de Desarrollo Humano (IDH) de la Universidad Nacional de General Sarmiento se conformó un equipo interdisciplinario cuya misión fue rastrear y completar los mapas y relatos de cada territorio.
“Este proyecto no solo permitió hacer visible a los barrios populares, sino también reconocerlos junto a los otros barrios ya formalizados; nos permitió ver todo el tablero en conjunto y darle dimensión y contexto al enorme esfuerzo humano de creación del hábitat, y al sentido de apropiación, de pertenencia y de identidad colectiva e individual de los vecinos y vecinas del municipio. Muchos de estos barrios fueron hechos a pulmón, por lo que sus habitantes tienen un vínculo muy amoroso y especial con cada espacio construído en el terreno ”, destaca la arquitecta, investigadora docente del ICO y directora del proyecto conocido como “Mapas del encuentro”, Eugenia Jaime.
Para la investigadora, al realizar los mapas y registrar los hechos más relevantes de transformación del territorio de estos 45 barrios, se pone en juego algo mucho más profundo: el reconocimiento al trabajo realizado. “Al hacerlos visibles y darle entidad a través del registro cartográfico y audiovisual, se reconoce que existen, que ocupan un espacio, que albergan historias de vida, que crecen, que resuelven algunas necesidades fundamentales como el acceso a la vivienda pero que también necesitan del del acompañamiento de políticas públicas de hábitat e infraestructura para alcanzar el acceso pleno al hábitat y a la ciudad. Hay una idea muy arraigada en los sectores de recursos medios de que son las Universidades las únicas productoras de conocimiento y esto además de no ser cierto es una forma de discriminación para con aquellos que estan atravesados por multiples opresiones. Esos vecinos pioneros son tan importantes para la creación de los barrios como cualquier otro actor social, ya que obedecen a necesidades tanto individuales como colectivas, enriqueciendo el entramado social con sus obras”, subraya la investigadora.
“Además de poner esto en imágenes y en palabras -agrega Jaime-, nuestra función fue registrar los trazados de las calles, los loteos que ya se habían llevado adelante por la población, y la construcción de viviendas y el surgimiento de espacios de intercambio social, deportivo y cultural. Con esta información se pueden orientar acciones futuras, pero siempre reconociendo las acciones presentes y pasadas para trabajar en conjunto entre los vecinos, el municipio y la universidad”.
Si bien el resultado del proyecto estaba enfocado en crear los mapas de cada barrio, las producciones del equipo, liderado por Jaime y cuyo co-director fue Pablo Gullino del IDH, superaron este objetivo inicial. En primer lugar, pudieron realizar entrevistas a algunos vecinos y vecinas que fueron pioneros en la producción de cuatro de estos barrios y se realizó un intercambio muy productivo con Alberto Fernández, director del Museo Histórico “José Altube”, de José C. Paz.
“Estas charlas fueron muy especiales porque no hablábamos de procesos históricos lejanos y ausentes. Estábamos ahí, delante de ellos, rememorando y conversando sobre el surgimiento de ese teatro comunitario que estaba delante de nuestros ojos, o bien conversando sobre las necesidades que dieron lugar al surgimiento de tal o cual playón. Fue un espacio en el que todos tomamos conciencia de lo hecho, del camino recorrido y de la importancia de cada actor social en ese proceso. Resultó un espacio muy interesante de abordar desde la universidad”, recuerda la arquitecta.
En segundo lugar, se realizó una cartografía a pie de cada barrio, es decir, un mapeo colectivo que mostraba la estructura urbana, la circulación de los principales medios de transporte y los centros de abastecimiento, entre otros. Además, lograron plasmar todo este trabajo en una página web y realizar una comparativa del avance de los barrios, un “antes y después” que mostraba a partir de fotos aéreas de distintos años la transformación barrial. Por último, se brindaron capacitaciones en las que el personal de la universidad transfirió parte de sus conocimientos al personal técnico de la Dirección de Catastro y de la Dirección de Hábitat incorporando para poder lograr esta comunicación las prácticas que habitualmente utilizaban los técnicos municipales.
“Fue un proceso modelo porque permitió resolver una necesidad del gobierno municipal, capacitarlos y brindarles información para que la puedan manipular y transformar en propuestas de planificación y de políticas públicas que generen un cambio apropiado y apropiable en los barrios y en la vida de los y las vecinas”, aseguró Jaime, quien también destacó que se pudieron visibilizar un sinfín de articulaciones y relaciones de proximidad entre el Estado, la Universidad y el barrio que, si bien existen, no están tan presentes en el imaginario social.
Para Jaime, estos descubrimientos y reflexiones también forman parte de los resultados del proyecto: “Necesitamos entender cómo surgen los barrios y cuál fue el proceso de urbanización popular que se dio a partir de la necesidad habitacional de los vecinos. El material que generamos desde la universidad es importante, siempre sin olvidar que, para poder proyectar mejoras en el territorio, los vecinos y vecinas tienen que tener roles activos y protagónicos en dichos procesos. Existiendo un sentido de apropiación tan alto, cualquier intervención que se haga necesita su aval o se encontrará una fuerte resistencia”.
“Luego -agrega-, se conformó una mesa de trabajo en la que se invitó a los y las dirigentes de las organizaciones sociales a diagramar la agenda de trabajo del proyecto, para jerarquizar las necesidades que iban surgiendo. Además, se diseñó una base de datos de las y los referentes comunitarios que deseaban participar del proyecto”.
De este listado, perteneciente a más de 30 organizaciones del distrito, finalmente fueron casi 100 los referentes que participaron, recibiendo elementos de protección necesarios para desarrollar las actividades en terreno. “A través del Instituto del Conurbano y con la colaboración de investigadores del Instituto de Industrias, la UNGS les entregó 100 cajas que contenían un kit de cuidado con alcohol en gel, tapabocas con el logo del proyecto, barbijos quirúrgicos, carpetas con materiales y fichas para la capacitación”, detalló Chiara.
Una vez registrados y preparados, se los invitó a participar de un curso que integró tanto conocimientos técnicos sobre COVID-19 y saberes prácticos vinculados a la prevención como información sobre la escucha atenta y la construcción de un vínculo empático para el abordaje de situaciones críticas, cuya gravedad se profundizó durante la pandemia y el aislamiento.
El curso, que se realizó en 2020 bajo la modalidad virtual y duró 4 semanas, fue enlazando los conocimientos aportados por el equipo docente con las experiencias que trajeron los y las referentes de las distintas organizaciones y concluyó con la redacción de un protocolo colectivo. “Los encuentros fueron diseñados alrededor de escenas que recorrieron los distintos ejes de contenidos, hecho que permitió anticipar las tareas de los referentes y las situaciones de interacción con los vecinos”, destacó la directora del proyecto.
En una segunda etapa, y ya con la apertura de muchas actividades sociales, se invitó a las y los promotores a un Espacio de Supervisión Capacitante que, durante dos días, se centró en problemáticas específicas sobre la denominada “nueva normalidad”. Además, se organizaron dos jornadas para abordar los problemas que surgieron o se potenciaron durante la pandemia en torno a la salud mental, a cargo de profesionales del Proyecto SUMA.
Un último espacio de capacitación se dio de imprevisto y por fuera de lo planeado para el proyecto de la UNGS. “El Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) desarrolló una capacitación destinada a referentes de organizaciones sociales del partido de Florencio Varela en el sur del conurbano bonaerense. Como resultado de la convocatoria, se inscribieron 85 personas, que trabajaron con un equipo de investigadoras de la UNAJ y, sumadas al equipo original de la UNGS, implementaron el proyecto en el área de influencia de la universidad”, indicó Chiara.
En las entrevistas, recorridas y observaciones realizadas por el equipo interdisciplinario que lidera Jaime, se registró una participación muy activa e importante de las mujeres en los barrios. “Resultó muy impresionante ver cómo su rol de cuidadoras se trasladó también a estos procesos de urbanización popular. De alguna manera, fue algo que sintetizó todo el proceso de búsqueda, de mejora del hábitat, de cuidado por su comunidad”, asegura.
Ante esto, desde la UNGS se decidió apostar a un nuevo proyecto que promueva la perspectiva de género en los proyectos y procesos urbanísticos. “Buscamos desarrollar dispositivo de comunicación y gestión del hábitat desde una perspectiva de géneros interseccional en el Barrio Los Hornos de José C Paz. Esperamos generar una guía que permita que estos procesos tengan en consideración al género y que quienes trabajen en ellos cuenten con más herramientas para abordar este tema tan actual como importante”, explica Jaime. Su desarrollo también se realizará en conjunto con la Dirección de Hábitat del municipio, ya que la experiencia con Mapas del Encuentro resultó significativamente enriquecedora para todas las partes involucradas y la articulación presenta grandes ventajas para la concreción final de los objetivos planteados.
Ambos proyectos fueron presentados y obtuvieron financiamiento en el marco de la Convocatoria Fondo Estímulo, que promueve proyectos de vinculación de los equipos de la UNGS con organizaciones y actores del territorio.
“En el último encuentro del curso, se confeccionó un ‘protocolo colectivo’ para el trabajo con las organizaciones. Se presentaron, además, videos y micros con recomendaciones de cuidado y mensajes a los vecinos y vecinas de los barrios elaborados por los y las participantes del curso. Armamos podcasts y videos con recomendaciones, que fueron compartidos en las redes sociales y quedaron disponibles para el público en general en el Canal Youtube del proyecto”, detalló Chiara.
Las redes sociales fueron pieza fundamental para la organización y ejecución del proyecto. “Se trabajó con un Grupo cerrado de Facebook, una Fan Page, un canal de Youtube y grupos y listas de difusión por Whatsapp. Por estos medios se compartían consignas y se brindaba un espacio para el intercambio entre los promotores, pero, además, se ofrecían recursos, noticias y herramientas sobre los problemas abordados por el proyecto”, enumeró.
“El caso del canal de Youtube es destacable -señaló la investigadora-. Retomando las preocupaciones de los y las referentes de las organizaciones, se trabajó en una campaña organizada en torno a escenas que representaran los desafíos que enfrentaban los vecinos en la denominada “nueva normalidad”. Proponiendo como eje de acción la necesidad de ‘Tener un Plan’ para situaciones como, por ejemplo, un cumpleaños o una compra en el almacén, se creó la figura de una superheroína, llamada “Super Vida”, que, con humor, ironía y poesía, aconseja a los vecinos”; esos videos estuvieron ideados y producidos por la Asociación Civil, Social y Cultural El Culebrón Timbal.
Todo este material fue compartido a la comunidad con el objetivo de expandir el alcance del proyecto más allá de los límites del partido. “Deseamos que esta iniciativa sea un granito de arena para hacer visible la necesidad de apoyar el enorme esfuerzo que hacen los referentes de las organizaciones en los barrios del conurbano. Pensar la salud desde los barrios es un desafío que dejó instalada la pandemia y que hay que pensar la manera para enlazar esos esfuerzos también desde la política pública”, concluye Chiara.
Ambos proyectos fueron presentados y obtuvieron financiamiento en el marco de la Convocatoria Fondo Estímulo, que promueve proyectos de vinculación de los equipos de la UNGS con organizaciones y actores del territorio.