Barrios por la salud, un proyecto social y comunitario

La Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) decidió, a partir del crítico escenario sanitario por el COVID-19, colaborar en la formación de estos promotores comunitarios. Fue así el Instituto del Conurbano y la Universidad Nacional de José C. Paz empezaron a trabajar articuladamente.

El concepto de salud está fuertemente asociado a los centros clínicos, hospitales o salitas y a los profesionales de la medicina, como médicos o enfermeros. Sin embargo, esta idea se puso en jaque cuando, durante la pandemia, se hizo evidente que las condiciones de salud y su cuidado iban mucho más allá. Fue en ese momento en el que el rol de los promotores comunitarios en salud de cada barrio o municipio tomó aún más relevancia del que ya tenía.

La Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) decidió, a partir del crítico escenario sanitario por el Covid-19, colaborar en la formación de estos promotores comunitarios. Fue así el Instituto del Conurbano y la Universidad Nacional de José C. Paz empezaron a trabajar articuladamente con el apoyo financiero del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. 

“Buscamos capacitarlos y ayudarlos en la producción de herramientas de comunicación para apoyar el trabajo que ya estaban haciendo, al acompañar y asistir a las vecinas y vecinos de los barrios durante la pandemia”, explicó Magdalena Chiara, directora Académica de la Diplomatura en Gestión de las Políticas de Salud e investigadora del Instituto del Conurbano de la UNGS.

El proyecto fue financiado con fondos del MINCyT, en el marco del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia Y Tecnología Covid-19, y está integrado por investigadores e investigadoras docentes, graduadas y graduados, estudiantes y personal no docente de los Institutos del Conurbano (ICO), del Desarrollo Humano (IDH) y del Instituto de Industria (IdeI) de la UNGS y del Instituto de Estudios Sociales en Contextos de Desigualdades (IESCODE), de la Universidad Nacional José C. Paz.

De esta manera, comenzó a tomar carácter institucional el programa “Barrios por la Salud”, un proyecto que surgió a partir de la demanda de un conjunto de organizaciones de José C. Paz. “Quienes trabajamos en temas de salud comunitaria sabemos el potencial que tienen, junto con los equipos del primer nivel de atención, los y las referentes de las organizaciones sociales al momento de transmitir las formas de cuidado”, destacó Chiara.

Durante la pandemia, el conocimiento se fue construyendo minuto a minuto y a la vez que la ciencia comprendía mejor al virus. Si bien las medidas de prevención y aislamiento eran claras, no siempre resultó fácil cumplimentarlas tal y como se anunciaban. Para la investigadora responsable del proyecto, “algo muy relevante fue adaptar estas recomendaciones al contexto particular de cada territorio y traducir su importancia de cara a la comunidad».

En esta línea, Chiara indica que la realidad de los barrios no es la misma en todos los casos. “Además de conocer estas recomendaciones, las y los promotores tienen que proponer modos posibles de llevarlas adelante, aun cuando no estén garantizados los recursos materiales”, recomendó.

Entre el diagnóstico y la capacitación

El primero de los objetivos que se propuso el proyecto “Barrios por la Salud” fue realizar un relevamiento sistemático y georreferenciado de las organizaciones sociales, iglesias y clubes. “Difundimos un formulario en línea que evaluó el funcionamiento, infraestructura y comunicación de estos espacios comunitarios del partido de José C. Paz”, especificó la investigadora de la UNGS.

“Luego -agrega-, se conformó una mesa de trabajo en la que se invitó a los y las dirigentes de las organizaciones sociales a diagramar la agenda de trabajo del proyecto, para jerarquizar las necesidades que iban surgiendo. Además, se diseñó una base de datos de las y los referentes comunitarios que deseaban participar del proyecto”.

De este listado, perteneciente a más de 30 organizaciones del distrito, finalmente fueron casi 100 los referentes que participaron, recibiendo elementos de protección necesarios para desarrollar las actividades en terreno. “A través del Instituto del Conurbano y con la colaboración de investigadores del Instituto de Industrias, la UNGS les entregó 100 cajas que contenían un kit de cuidado con alcohol en gel, tapabocas con el logo del proyecto, barbijos quirúrgicos, carpetas con materiales y fichas para la capacitación”, detalló Chiara.

Una vez registrados y preparados, se los invitó a participar de un curso que integró tanto conocimientos técnicos sobre COVID-19 y saberes prácticos vinculados a la prevención como información sobre la escucha atenta y la construcción de un vínculo empático para el abordaje de situaciones críticas, cuya gravedad se profundizó durante la pandemia y el aislamiento.

El curso, que se realizó en 2020 bajo la modalidad virtual y duró 4 semanas, fue enlazando los conocimientos aportados por el equipo docente con las experiencias que trajeron los y las referentes de las distintas organizaciones y concluyó con la redacción de un protocolo colectivo. “Los encuentros fueron diseñados alrededor de escenas que recorrieron los distintos ejes de contenidos, hecho que permitió anticipar las tareas de los referentes y las situaciones de interacción con los vecinos”, destacó la directora del proyecto.

En una segunda etapa, y ya con la apertura de muchas actividades sociales, se invitó a las y los promotores a un Espacio de Supervisión Capacitante que, durante dos días, se centró en problemáticas específicas sobre la denominada “nueva normalidad”. Además, se organizaron dos jornadas para abordar los problemas que surgieron o se potenciaron durante la pandemia en torno a la salud mental, a cargo de profesionales del Proyecto SUMA.

Un último espacio de capacitación se dio de imprevisto y por fuera de lo planeado para el proyecto de la UNGS. “El Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) desarrolló una capacitación destinada a referentes de organizaciones sociales del partido de Florencio Varela en el sur del conurbano bonaerense. Como resultado de la convocatoria, se inscribieron 85 personas, que trabajaron con un equipo de investigadoras de la UNAJ y, sumadas al equipo original de la UNGS, implementaron el proyecto en el área de influencia de la universidad”, indicó Chiara.

Comunicar y difundir

Cuando inició el proyecto, las actividades de comunicación y extensión ya estaban incluidas en los objetivos y hasta se había programado la realización de algunos videos e instructivos que servirían para capacitar a las y los promotores. Sin embargo, a raíz del contexto de virtualidad, los objetivos fueron cambiando y el alcance de las tareas de difusión se extendió, incluso, por fuera del partido de José C. Paz.

“En el último encuentro del curso, se confeccionó un ‘protocolo colectivo’ para el trabajo con las organizaciones. Se presentaron, además, videos y micros con recomendaciones de cuidado y mensajes a los vecinos y vecinas de los barrios elaborados por los y las participantes del curso. Armamos podcasts y videos con recomendaciones, que fueron compartidos en las redes sociales y quedaron disponibles para el público en general en el Canal Youtube del proyecto”, detalló Chiara.

Las redes sociales fueron pieza fundamental para la organización y ejecución del proyecto. “Se trabajó con un Grupo cerrado de Facebook, una Fan Page, un canal de Youtube y grupos y listas de difusión por Whatsapp. Por estos medios se compartían consignas y se brindaba un espacio para el intercambio entre los promotores, pero, además, se ofrecían recursos, noticias y herramientas sobre los problemas abordados por el proyecto”, enumeró.

“El caso del canal de Youtube es destacable -señaló la investigadora-. Retomando las preocupaciones de los y las referentes de las organizaciones, se trabajó en una campaña organizada en torno a escenas que representaran los desafíos que enfrentaban los vecinos en la denominada “nueva normalidad”. Proponiendo como eje de acción la necesidad de ‘Tener un Plan’ para situaciones como, por ejemplo, un cumpleaños o una compra en el almacén, se creó la figura de una superheroína, llamada “Super Vida”, que, con humor, ironía y poesía, aconseja a los vecinos”; esos videos estuvieron ideados y producidos por la Asociación Civil, Social y Cultural El Culebrón Timbal.

Todo este material fue compartido a la comunidad con el objetivo de expandir el alcance del proyecto más allá de los límites del partido. “Deseamos que esta iniciativa sea un granito de arena para hacer visible la necesidad de apoyar el enorme esfuerzo que hacen los referentes de las organizaciones en los barrios del conurbano. Pensar la salud desde los barrios es un desafío que dejó instalada la pandemia y que hay que pensar la manera para enlazar esos esfuerzos también desde la política pública”, concluye Chiara.