Presupuesto participativo:
decisiones de muchos para el beneficio de todos

La experiencia del Instituto del Conurbano en relación al presupuesto participativo cuenta con varios episodios en su haber. En ese recorrido, el lugar prioritario que la Universidad le da a las dinámicas de vinculación con actores del territorio es clave.

Dentro de las siempre dinámicas ciencias sociales, existen ciertos conceptos teóricos que, si bien intentan dar cuenta de la realidad que nos rodea, no terminan, por una u otra razón, de tener una definición cerrada. Algo de todo esto sucede con el llamado presupuesto participativo (PP): en sus casi 35 años de vida, la terminología se fue adaptando a distintos escenarios y visiones.

“Originalmente, cuando nace en Porto Alegre allá por 1989, de la mano del Partido de los Trabajadores, el presupuesto participativo buscaba romper con la lógica paternalista y clientelar del Estado y, de esta forma, generar mecanismos horizontales de cogobierno con la ciudadanía. Aunque eso, con el tiempo, se fue diluyendo y, actualmente, se la podría definir como una política pública mediante la cual el Estado, junto con la ciudadanía, decide el destino de parte de los recursos públicos”, abre el juego y desarrolla Carlos Martínez, investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS).

El tema en cuestión, objeto central de trabajo de Martínez en el Instituto del Conurbano de la UNGS, obedece a varias cuestiones. Por un lado, la Universidad, junto a la Fundación Ebert, de Alemania, publicarán, por primera vez en español, el Atlas Mundial de Presupuesto Participativo. Documento de enorme relevancia que ofrece datos y estadísticas como que, por ejemplo, durante 2019 se desarrollaron casi doce mil experiencias de PP, y, de ese total, más de un cuarto han tenido lugar en Sudamérica. “En Argentina, eso se tradujo en casi setenta casos, de los que media docena correspondieron a Universidades Nacionales y, el resto, a municipios”, profundiza Martínez.

Más allá de las posibles definiciones, parece claro que la esencia misma del PP incluye, en todas sus formas, la articulación de espacios en donde se vinculan una multiplicidad de actores. “Se trata, justamente, de potenciar o encauzar el diálogo, ya sea para generar una verdadera instancia de democracia participativa o para mostrar cierto nivel de apertura de la gestión, como una forma de validarla”, rescata el investigador.

La “Diplo” es la Diplomatura en Géneros, Políticas y Participación, dictada por la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) desde 2014. Por sus aulas y espacios pasaron centenares de personas de diferentes territorios, movimientos sociales, institucionalidades, niveles de formación, edades e identidades sexuales. Y, en ese cruce de saberes, en cada uno de esos encuentros, parece surgir la magia.

Marisa, en tanto, es Marisa Fournier, directora a cargo de la Diplomatura e investigadora y docente del Instituto del Conurbano, en la UNGS. Con nueve años al frente de esta experiencia, rescata que la propuesta pedagógica es integral y “se sostiene en el tiempo porque tiene una popularidad y un prestigio ganados que son muy importantes”.

¿De dónde viene ese prestigio? ¿En qué aspectos, en qué tramas, en cuáles cruces se esconde la importancia de un proyecto que fue creciendo con los años y que, promoción tras promoción, se enriquece con la experiencia de los propios y con los aportes de los ajenos? Aquí, un repaso por sus características más importantes.

Camino de vinculación

Claro que este proyecto tiene sus bases en sólidos antecedentes: la experiencia de la UNGS en relación al PP cuenta con varios episodios en su haber. Comenzaron con la realización de Seminarios y otras reuniones científicas que abordaron el tema, a principios del siglo XXI, hasta la participación directa de la Universidad, en tanto institución del territorio, allá por 2006, en un proceso único en el país, con un presupuesto participativo impulsado desde las Organizaciones Sociales en el partido de San Miguel, que empezaría a aplicarlo en 2008.

“A partir de ese año, además de haberlo impulsado, la UNGS fue parte de su implementación, tanto por integrar una suerte de Consejo de Instituciones del PP sanmiguelino, como por haber formado especialmente y aportado a los promotores y las promotoras territoriales del PP, que fueron más de medio centenar de estudiantes que desarrollaron esa tarea clave en todo el territorio y que luego participaron de la primera experiencia piloto del PP en Zárate”, rememora Martínez.

La UNGS también diría presente en este partido bonaerense desde 2010, teniendo un rol
central en materia de asistencia técnica, evaluación, propuesta de criterios de distribución de fondos y capacitación. A la lista se sumaría el partido de Lanús, durante 2012, donde además se participó del desarrollo de la normativa.

“No hay que olvidar el trabajo de la UNGS en la Red Argentina de Presupuesto Participativo, que nucleaba a medio centenar de Municipios con PP y a las áreas del gobierno nacional que, por entonces, impulsaban esta política, y de la que nuestra Universidad era la única institución académica con carácter de miembro”, destaca.

Dos proyectos de enorme importancia surgirían de estas experiencias. Por un lado, la UNGS dictó en 2014 la Diplomatura Virtual en Presupuesto Participativo y Gestión Municipal, que se constituyó como una oferta pionera de formación continua, a ese nivel, en la temática.

A su vez, y casi como antecedente inmediato del proyecto actual, el Instituto del Conurbano llevó a cabo una investigación, de 2011 a 2015, con un análisis multidimensional del PP argentino.

“El estudio incluyó tres olas de encuestas a referentes del PP de municipios de todo el país, 2008, 2011 y 2014, y un trabajo de campo muy importante: una muestra de 15 ciudades, con entrevistas a gestores/as del PP, legisladores/as locales, funcionarios/as de áreas distintas, pero vinculadas, a la de PP y vecinos/as participantes”, repasa Martínez.

A partir de 2016, cuando el Gobierno Nacional abandonó el tema, la UNGS, junto con diversos municipios, comenzó a retomar la temática, organizando un encuentro de Universidades y Municipios con PP en 2018. La iniciativa tendría su continuidad en Gualeguaychú, en 2019, y en actividades no presenciales en 2020 y 2021.

Los (inevitables) impactos del COVID
La inesperada llegada del coronavirus transformó escenarios, obligó a resignificar realidades y modificó, de forma imperiosa, muchos objetivos y tareas. En el caso del estudio sobre Presupuesto Participativo, la comprensión de los impactos de la pandemia, del ASPO y de la DISPO en el PP, tanto municipal como universitario, se convirtió en uno de los nuevos objetivos del proyecto.
“De hecho, se justificó la extensión de los plazos de la investigación hasta 2022 inclusive, dado que se aprecia tanto una aceleración en la incorporación de formas de participación no presenciales, incluso en la post pandemia, como grandes desafíos al momento de reconstruir la trama participativa”, comenta Martínez, quien agrega que, tras dos años de construcción de una mirada hacia las demás personas como potencial fuente de contagio, enfermedad y muerte, dicha perspectiva “requiere ser desmontada al momento de pensar objetivos comunitarios”.
 

Una tarea colectiva que cruza todos los niveles

Para Martínez, el impulso que la UNGS le da permanentemente a la temática y el lugar que ocupa la vinculación es clave. Priorización que, además, se constata en las regulaciones internas: en su reforma del Estatuto de 2017 se le da suma importancia y prioridad, al incorporar explícitamente en el Artículo 68 de su norma máxima la obligatoriedad de distribuir parte de sus propios recursos por medio de esta política.

Por otra parte, y respaldado por una larga tradición del Instituto del Conurbano en la materia, Martínez está dirigiendo un proyecto de investigación que se propone estudiar a los presupuestos participativos universitarios, es decir, la decisión de los recursos públicos a partir del diálogo de actores, pero con las casas de altos estudios universidades como escenario.

Los objetivos del proyecto contemplan dar cuenta del desarrollo de esta herramienta en las casas de altos estudios de Argentina, a partir de un relevamiento documental -normas, notas de prensa, comunicaciones institucionales y otras fuentes secundarias- y la realización de entrevistas a informantes clave.

“Este último aspecto se complicó bastante por la pandemia, por lo que se avanzó con más fuerza en la realización de una encuesta, única en el país, que logró cubrir a casi todas las experiencias de PP Universitario de Argentina. Se abarcaron dimensiones como la participativa (formas de participación), la político institucional (diseño institucional e implicancias políticas), la intra burocrática (impactos en la gestión interna) y la financiero distributiva (formas de distribución de los recursos y significancia económica)”, amplía Martínez, magíster en Diseño y Gestión de Programas Sociales.

Los caminos y los objetivos, si hablamos de Presupuesto Participativo y de la UNGS, se renuevan. A la par de la presente investigación, este año, se está ejecutando un proyecto, financiado por el Ministerio de Educación de la Nación, para potenciar la relación entre el PP y el Consejo Social. “Es clave, porque el Consejo es un espacio de democracia participativa central para nuestra vida universitaria y está incluido en nuestro estatuto, al punto de hacerle partícipe del propio gobierno universitario”, concluye Martínez.

Una experiencia en primera persona

Como no es solo teoría, sino también práctica, desde hace 10 años la UNGS viene desarrollando su propio presupuesto participativo. Se trata, ni más ni menos, del primero del país que nace abarcando a todas las dependencias y a todos los claustros de una Universidad Nacional.